jueves, 30 de junio de 2011

Whiskies y Almas de Mercado.-


Hará un par de años, un tipo hindú, de nombre Punnet Gullatti, tuvo la ocurrencia de comentarme que yo era un enlace entre Dios y los hombres, que mi comunicación era evidente e inmediata. Punnet tomaba whiskies como nosotros cañitas de cerveza, y podía beberse perfectamente entre diez y doce copas al día. Pero yo nunca le vi borracho. Johnie Walker con pimientos del piquillo, con aceitunas, con anchoas. Parece que le estoy viendo, bailando los hielos del vaso y aspirando como si tuviera la resolución de la vida. Era un tipo raro, algo rechoncho, más bien guapo, ingenuo y puro de sonrisa, profeta hinduista, muy afectivo y eliminaba el alcohol mediante meditación. Tenía una esposa en Nueva Delhi, dos hijos, una novia en Singapur y un negocio de fabricación textil. Amaba a su mujer y se follaba a la malaya, y siempre sentenciaba de la misma manera: brother, enjoy life.
La noche que Punnet me buscó una conexión espiritual, apretándome las manos con fiereza rajastánica en mitad de un restaurante de Malasaña, no me importó demasiado que hubiera cierto desdén por leve que fuera, entre la gente próxima a nuestra mesa de metafísica, whisky y cerveza, porque él si parecía muy concentrado y místicamente abstraído en aquella variedad esotérica que a mí no me abstraía de ningún estímulo para la aspiración a esa cosa que llaman tantra y que lleva disolvente de cerebro. Si a los locos hay que darles la razón, a los fanáticos de Ganesha, supongo, habrá que acompañarles un poco en su paranoia, entre otras cosas porque el fervor y el cabreo, en fusión, tienen su peligro, ya lo creo. Andaba mi colega con esa sugestión de que el alma, no pesaba 21 gramos, sino en torno a medio kilo, y que además de inmortal, era reciclable, de forma que las migraciones se producían en inversa proporción. Más o menos, si habías sido jeque saudí y habías vivido entre oro y pompas de dioses, ibas a parar a una rana bermeja, valga el paradigma. Me percaté de que tenía mucha emoción entrar en el zoco de las almas, y que de acuerdo a la teoría de la reversión de las vidas, lo suyo sería vivir lo mejor posible pero morir desgraciado para una mejor suerte en el futuro, si ello se dictaminara por la situación del último suspiro, en caso contrario, qué se le iba a hacer. Mira Punnet, la vida me ha tratado medianamente bien, me estás contando que me van a putear cuando renazca en la muerte. No sé, no sé yo si va a ser bueno eso de la regeneración espiritual.
Todo a cuento de que me encontré con un post-it donde Gullatti había anotado cinco lugares imprescindibles en el recorrido de Delhi a Kerala, y unas palabras en el reverso: heart, fire, water. A continuación, me acordé de las últimas noticias, llegadas de fuentes de Okhla. Todo es un poco enrevesado como la teoría de la reversión, pero se resume en que se casó con la malaya sin haberse divorciado de la hindú. Por otra parte, se habló de cierta mala práctica empresarial, que no tengo muy clara. Al parecer,  por hache o por be acabó en la cárcel.
En fin, he pensado que me gustaría volver a ver a aquel güisquero trascendental de sonrisa franca. Solo espero que no haya ido a parar al cuerpo de una rata de Chadny Chowk. Y que se pueda tomar un whisky con aceitunas. Solo eso.

martes, 28 de junio de 2011

Preguntas y Chorradas.-

Existen días raros, extrañamente trascendentales, en los que el ser humano se mira al espejo, se ve menos rústico que de costumbre y se hace preguntas de cierta relevancia metafísica, no por agrado, porque es mucho más ameno adentrarse en el comadreo y la tragicomedia de nuestro entorno, sino por una especie de deber que nos imponemos para salir de la existencia vulgar y trabajarnos nuestro exiguo espacio neuronal de filósofo. Y porque muy en el fondo de nuestro ser tenemos más paralelismos con Punset que con Guti, aunque nos siga dando mucha pereza Isabel Coixet e Iker Jiménez. Entonces buscamos las brumas: ¿Existe el alma? ¿Parte el alma del cuerpo en la muerte? ¿Es verdad que pesa 21 gramos? ¿Es Dios omnipotente y está en todas partes? ¿Se filma nuestra vida en la agonía? ¿El túnel y la luz? ¿Qué lleva al ser adorable a la psicopatía? ¿Qué coño son las caras de Bélmez? ¿Existe la Virgen del Rocío? ¿Le gustaría su romería de gordos con patillas, cubatas, cocaína y flamenquito? Pues me da que todo queda en la conjetura imposible, en la demanda colérica, en dos interrogantes como dos soles. Poca cosa, o nada. Salvo en el asunto de la Blanca Paloma, que me temo que no, a la primera y a la segunda.
Luego, hay otra pregunta que yo me hago todos los días, y de la que me confieso transgresor, culpable y alevoso. ¿Porqué hablamos por hablar y decimos tantas chorradas? ¿Tenemos alma (caso de existir) de tertuliano de la tele? Pues bien, lo voy a intentar. Nuestras chorradas derivan del ansia de palabra y la flojera mental, y de la carencia de tiempo entre la pregunta y la respuesta. Aún no ha finalizado el interlocutor y ya tenemos una resolución, por chorra que sea. ¿Qué te parece lo de Gadaffi? Uff, qué se ha liao parda, pero yo lo sabía hace veinte años, y es lo de siempre, el petróleo, pero se apoya en Chaves y unos cuantos jeques de Qatar y ahora al pueblo lo han manejao, mal, eso acaba mal, ya te digo. ¿Qué te parece lo del Bigotes? Uff, un hijoputa, se veía venir. Siempre, con ese afán de visionarios, como brujos quiméricos que lo sabemos todo a toro pasado, siempre dispuestos en estas olimpiadas del coloquio callejero, sin aprender todavía que no siempre al callar se otorga y que el silencio es inteligente. Pero si no, explotamos. Lo confieso: a veces salgo a las tabernas a tomar unas cervezas y llego reventado de vuelta a casa. Salimos sin filtro y la capacidad residual nos la sopla, pero también admito que un mundo con respuestas correctas sería como una vida robótica. Y la emoción siempre nos ha desbordado. Difícil, conciliar esta chorrada.  

martes, 21 de junio de 2011

Nosotros Sí Queremos a Lourdes, de Russian Red.-


Pues sí, le tenemos nuestro afecto personal por datos que se irán añadiendo. Lourdes, de Russian Red, es de derechas. Lo ha dicho en Marie Claire, una declaración tan ingenua como valiente para una pregunta tan insolente como polémica, que me temo, sin pretensiones, ha dado de lleno en plena linea de flotación y ha despertado a los tontos. Yo no sé si Lourdes se lo pensó dos veces, o una sin percatarse del detonante que iba a reventar en mitad del epicentro político. A lo mejor, creíamos que Russian Red era roja y rusa, y la razón de ser era una bandera partidista del Partido Comunista de la Federación Rusa, pero no, el tema rondaba más la idea del liberalismo económico y se refería a una marca de barra de labios de la cadena Mac. A lo mejor alguien pensó que ser indie e izquierdista venía a ser lo mismo o que en el extremo contrario, I Hate but I love you, estaba dedicada a Cospedal, y They don´t believe  era una crítica detractora hacia la indignación de Sol.
Luego, me ha dado por pensar un poco en la ideología de la cultura, y por mucho que Diamonds And Rust sea una joya roja made in Joan Baez, y el genio Lennon fuera un activista progre, tampoco entiendo que el patrimonio sea monopolio de la izquierda (y más teniendo en cuenta la configuración actual de los partidos progresistas, que avergüenzan hasta al propio Anguita, ese hombre sin mimbres para la refundación que sí estaría en mi cómite de sabios). Y a continuación he visto por encima la mala leche virtual: "Qué pereza, ya no la escucho, facha...",  "Mira la trendy conservadora, qué asco", "Modernita y conservadora, qué incongruencia..." , "La gente de derechas no te compra y los de izquierdas no te van a volver a comprar. Lo vas a pagar caro"...
¿Perlitas de izquierda? No sé, no sé, a mí estas opiniones me parecen rancias y atrofiadas, y acreedoras de un sectarismo peligroso, extremistas y dignas de los principios eternos de Manes, el bien y el mal, y punto pelota, no existen los grises, y más proclives a que hubieran salido de un canalla como Pinochet o Videla, que sí eran crueles de verdad y menospreciaban gratuitamente, antes que del ídolo Lennon, que era un English Red. Imaginemos variables, como de costumbre. Russian Red ha muerto y Fuerteventura se ha convertido en la banda sonora del PP, pero seamos cómplices de la impiedad de los comentarios categóricos de los progresistas virtuales. Que muera Queen, ahora que sabemos que son monárquicos y conservadores, que le jodan a Elton John y su fucking connection con la realeza inglesa, y a Paul McCartney, por ídem, que le den a esos hijos bien acogidos y agradecidos del liberalismo económico que se llaman The Killers, y a esos niños guapos y snobs, Vampire Weekend. Y qué facha era la faraona, Lola Flores. Ay, pobre Dalí, su obra no vale nada, habiendo muerto desengañado por lo revolucionario, clasista y conservador. Abandonemos a Jaime Urrutia, conservador y taurino. Enterremos la obra de Vargas Llosa, ese pródigo derechista. Amemos a Luis García Montero, Almudena Grandes, Sabina (bueno, a lo mejor no, que le gustan los toros, aviso), Joan Baez, Ana Belén, Pablo Milanés y Aute.
Conocimos a Lourdes hace unos años, cuando por mediación del buen hacer de Javier Sendín, le proporcionamos vestuario para presentaciones y promociones relacionados con su primer trabajo, I Love Your Glasses. Principlamente nos pareció que era agradable, estaba buena y tenía una actitud bastante educada y cordial. Luego, ella nos devolvió la moneda, nos agradeció en los créditos del disco, y nos mencionó en un par de medios, uno era On Madrid, la guía del ocio de El País, y el otro no lo recuerdo. Vino a decir que de Divisa, se compraría hasta las perchas. Me pareció un acto honesto, habiendo visto ya alguna que otra cutrez entre cierto artisteo de Madrid. Después nos hemos ido viendo con relativa frecuencia, y no nos hemos preguntado de afinidades políticas, pero sí hemos hablado de música, del mundo y de vestidos bonitos. Una vez Lourdes puso mucho hincapíe en que escuchara a Fela Kuti, curiosamente un activista político de los derechos humanos que estuvo cuatro veces en la cárcel, luchó por una África socialista y libre, creó una productora musical para reuniones clandestinas y el Movimiento del Pueblo para darle un poco de estopa a la corrupta burocracia de Nigeria. Creo que le importaban un carajo estos datos, (o no) pero Kuti era el alma del afrobeat. Y eso le valía, su música. Parece mentira, ahora, en estos tiempos, cuando Bob Dylan se ha hecho conservador y se pasa el día leyendo la Biblia, aviso.


lunes, 20 de junio de 2011

Dios y la Vida Virtual.-




A la Iglesia no le mola el interné, y no le hacen ni divina gracia las redes sociales, más o menos porque esa vida virtual, tan imaginaria y de apariencia, no es vida ni es ná. Mucha chorradita con el me gusta, la felicidad de colores de los profesionales de la happy life, las bodas horteras, las fotitos de los borrachos y los grafities del muro. Mucha tontería. Vacío, esa palabra que tanto le gusta a los curas. En paralelo, me parece a mí, que Dios y las religión, nos adentran en un tema virtual, imaginario y aparente, creo entender. Hasta donde llega mi virtualidad, no he reconocido todavía a Dios como un Ser Explícito, porque si lo hubiera reconocido evidentemente sería con mayúsculas, después de tanto hablar de Él. Otra cosa sería que Dios fuera Real y entonces entendería que la Iglesia hablara de vida virtual vacía, pero me da que seguimos viviendo en el mundo de la quimera y la hipótesis, y  con la certeza de que el dogmatismo de la fe todavía no ha quedado claramente contrastado. Tan virtual es Dios como una red social. No obstante, imaginemos virtualmente dos posibilidades:
a) Que Dios existiera, pero fuera Virtual, con una existencia aparente pero no real, una bruma sin forma humana, una especie de cara de Belmez en forma de nube, un triángulo con un ojo mirándolo todo, en fin una cosa diluida que aparece y desaparece como el Guadiana. En tal caso, sí sería un poco feo que la Iglesia faltara el respeto a la virtualidad divina, aunque fuera a través de internet. Si Dios es Virtual, un poco de respecto por virtualistas del cyberspacio. En cualquier caso, creer en Él, es un acto virtual, digo yo.
b) Que Dios fuera de carne y hueso, un Señor de barba densa y pelo largo blanco, que fuera a las tertulias de Dragó, y que hiciera giras por el mundo de oraciones masivas, rosarios en los estadios de fútbol y pasajes biblicos en los teatros, evangelizaciones colectivas, e incluso milagros, como desvirtuar al virtual, difuminar a Bin Laden, convertir a Belén Esteban en catedrática Literaturas Inglesa y resucitar a Paquirri para que se hiciera una tour de platós en telecinco. He ahí los motivos del desprecio a la existencia virtual, la vida con un Dios verídico, poderoso y soberano nos ahorraría muchos problemas, y si la primera realidad de todas las del Universo fuera ya un asunto diáfano y contrastado, para qué queremos ser virtuales, si la gran verdad ya se ha desenmascarado. La Iglesia estaría en su derecho de criticar el mundo imaginario de las redes sociales.
c) Salvando una distancia, que el Todopoderoso Dios tuviera perfil de Facebook y pusiera en el muro fotos de los milagros y de las consecuencias de la omnipotencia. Habría millones de me gusta, y Zuckerberg habría sido otra cosa, porque Facebook habría sido un invento divino.


viernes, 17 de junio de 2011

Música Mala y Trabajos Intimistas.-


Enrique Iglesias ha sacado un disco que se llama Dirty Dancer, y viene a ser una declaración de intenciones de que la mierda vende. Pronto llegará ese disco que brota del alma. Ja. Según Spotify, Bustamante se parece a Merche, Malú, David Civera, Chenoa y Sergio Dalma. Vale, en parte sí, son petardos analógicos. Tras la basura mercantil, de repente hacen una cosa que se llama disco intimista. Una guitarra acústica, un poco de folk, un dramita, una cara al estilo Urquijo, de soy profundo, trascendental, pienso y las he pasado putas, y una revelación pública de otra cosa que llaman trabajo personal. Guau. Somos músicos de verdad, sabemos digerir el éxito y desmarcarnos de la masa, ya hemos saboreado esa gloria efímera de la tele, y pedimos un respeto por el talento. Y un carajo. ¿Me estás contando que te avergüenzas de Que la Detengan, Galilea, Cuando Tú Vas y Dile que la Quiero? No sé, no sé... Tengo mis dudas entre si prefiero oíros cantar o hablar. Todos han pasado por la piedra y lo han dicho: Alejandro Sanz es un grandísimo artista y mejor persona. Parece una frase hecha, coño. A mí me cae como una patada en los huevos. Y del Corazón Partío, ni hablo. Ya pasó por aquí: http://janpath-broadway.blogspot.com/2011/01/no-es-lo-mismo.html
Luego están los Pignoise, que van de punkies, (Spanish band punk, dice el Spotify). Yo creo que no se puede ser punk, haciendo duetos con los Cómplices, con Soraya y con Melendi, y cantando una canción que dice:  primero b de un bloque tres rojizo, hay sirenas que no saben nadar, en San Antonio siempre estás vencido, la gente sueña con escapar de aquí, pero no se está tan mal... Y yendo a todos los saraos, siendo del Madrid, comentaristas esporádicos de fútbol y tomando cañas en el Barrio de Salamanca. No, no son The Clash, al estilo spanish, como tampoco Calamaro es el Bob Dylan latino, aunque Ansia en Plaza Francia, y Clonazepan y Circo, molan bastante, valga una cuota positiva a este post. También me supera la cara de pirado de Dani Martín, de El Canto del Loco, que le queda muy destroyer y muy de problemático y esquizofrénico perdido. Muy de pierdo los papeles, y me cago en Dios, como no me dejes entrar a tu garito en zapatillas. Y el malditismo reconvertido a chufla majete de Melendi después de hacer el imbécil en un avión, y el buenrrollismo de Macaco, y el pacifismo de Rosana. Vaya panorama. Pues eso, ese repelús que me dan los fabricantes de productos que funcionan bien, como se dice en el business.  Esas profundidades tan poéticas y tan mercantiles. Los trabajos intimistas. En fin, qué pereza.

miércoles, 15 de junio de 2011

Los Aventureros de Cuarenta.-




Decía Víctor Hugo que los cuarenta son la edad madura de la juventud, y si bien fue un emblemático escritor de la indignación francesa en plan a lo bestia no fue lo suficientemente profético y entre Les Misérables y Les Contemplations ningún iluminado del siglo XIX le habló del futuro y de lo que acontecería entre la estirpe cuarentona, ni le contaron que existirían Pipi Estrada y Pocholo Martínez Bordiú, que Jimmy Giménez Arnau seguiría siendo inmaduro con sesenta y ocho, y que Nabokov revolucionaría la literatura de las ninfas de seda y los cuarentones extraviados.
125 años después de su muerte rebasar los cuarenta tiene otras emociones que aventura en muchos casos un retorno de la adolescencia y la vida ridícula. Los hombres (yo no he sobrepasado tal barrera) nos dejamos barba, nos hacemos un blog de chorradas como éste, nos compramos un coche deportivo, nos apuntamos a un curso de surf con la talega rebosante, nos hacemos resentidos sociales y escuchamos música indie. Las mujeres, siempre más listas que los hombres, empiezan a leer literatura buena, cosas sensibles de Murakami y de avanzadas como Virginia Wolf, pierden los rubores, se renuevan en eso que llaman la belleza inteligente, se desprenden de toda limitación sexual y se ligan al profesor de tenis. Yo creo que los cuarenta son un acceso de vigilancia ante ciertas tinieblas que no son otras que la enfermedad y la muerte, y una prueba evidente de resistencia ante el implacable devenir de los años que conlleva todas las intenciones de regresión a aquella época en la que realmente éramos jóvenes y guapos. Pero siempre nos quedará George Clooney, o Monica Bellucci, o Russel Crowe como efigies lejanas de las regeneración de la belleza, para aquél que quiera reconstitución. Salvo que tales disciplinas de la estética no son más que apariencias. Sí, apariencias, la inmortalidad no existe desde que Highlander se extinguió del planeta, y queridos jóvenes del mundo, de piel tersa y belleza nabokiana, tal vez penséis que miento con esta paranoia de pureta ante tanta rebosante hermosura al estilo Dorian Gray, pero os aseguró que algún día seréis viejos y el hedonismo perecerá. Yo también pensé que siempre tendría la piel brillante y la juventud en la mochila, y creo que aún lo sigo creyendo. Siempre me han gustado ciertas apariencias, porqué no decirlo, para sostener la vida, lo malo es que parecen, pero no son, y eso sí es una verdad pesada, pero somos aventureros recuperando los tesoros robados.

lunes, 13 de junio de 2011

Los Abrazos de Madrid.-


La gente se abraza mucho en Madrid. Vale que alguno será real, pero entre tanto achuchón, trato de calibrar los afectos de estos habitantes de Malasaña, así de pronto, cuando camino por los aledaños de San Ildefonso. A mí me parece que muchos son de balde, que muchos son exagerados y que mantienen ocultas e interesadas intenciones, que hay muchas lagrimas de ginebra y que muchos son para sobarse un poco. Vale que el mundo está loco y es violento y arrebatado, y está bien que la gente se toque, se de besos cool en la boca y se abrace, pero en paralelo pienso en la rebaja de valor del abrazo ante tanto afecto masificado. El abrazo se ha globalizado entre los modernos. Que el abrazo sea tan gratuito  no le va un resentido social como yo.  Aún así, no soy un iceberg, salvo cuando sí he sido pura escarcha del ártico, y he abrazado a mucha gente en mi vida. No he llegado a la alternativa in de los piquitos en la boca, pero sí que he tenido mis afectos. Y siempre he pretendido que tengan su significado. De acuerdo, a veces con tres gin-tonics y dos riojas me ha apetecido abrazar incluso al metre del restaurante, pero otras muchas veces, como todo dios, he estrechado un cuerpo con mucha sinceridad, y sentimiento, y todas esas vainas, y por lo general soy contrario al abrazo gratuito, por el tema de la devaluación. 

 A veces el mundo parece un spot publicitario de Fundación La Caixa, o un anuncio de ésos de buen rollo, de Mahou, salvo cuando la buena vibra se va al carajo o hay que salvar el culo. Si tuviera que definir en tres palabras a la sociedad, diría que es afectiva, sensiblera y rencorosa. Y con tendencias bipolares.  Cualquier cosa menos una publicidad bonita de taxistas y camareros felices por el plan de pensiones de Banesto, cuando todo el mundo sabe, que a menudo no se gasta buenrollismo ni en un taxi de la terminal 1 (sobretodo de la T 1, la terminal de los piratas) , ni en una terraza de verano. Ayer lo vi en Malasaña. Las chicas se abrazan fuerte y lloran fuerte, los chinos regentan andarines con esa sonrisa tan cómica y tan esclava el bar de la ciudad en la calle, un hijo de puta (me temo que se hace pasar por policía secreta, pero no lo es) le desmantela a un chinito el tenderete de las cervezas y los bocadillos, un negro cojo se inyecta heroína en la calle del Pez, una chica se deja la rodilla en un bolardo, la gente sigue su paso de guay. El mundo sigue girando. Un grupo de imbéciles exige una hoja de reclamaciones a la camarera más bonita de Madrid. Qué buen rollo, qué borrachera, qué bacanal de magreo, qué risa, que la camarera no os ha puesto la cara bonita. Hay días que las hostias también deberían ser libres de impuestos y sin recargo, como los abrazos gratis.


viernes, 10 de junio de 2011

El Comercial del Círculo.-


Para empezar, considero que ser comercial de libros (colectivo formado principalmente por gente que lee de poco a nada), de alarmas (son insufribles, macarras y grotescamente bromistas), de jazztel (son agotadores, incómodos y perseverantes), de citybank (son como la banca, ambiguos y manipuladores), es un oficio difícil y con una evidente confusión entre rol e identidad. Un oficio cargante siempre sostenido del hilo de la transacción. Uno sale a la calle a vender novelas, aunque no haya leído ninguna y haya nacido para tocarse los huevos y beber cubatas, el problema es que para andar relajado en el área testicular, con un ron-cola también hace falta dinero y ante tal contratiempo, nos asolan kilos de trash work.  Hace unos días irrumpió en Divisa el muchacho del bigotín. Desconozco si es gitano o hijo de la colonia de Ecuador. Se dirige a mí indistintamente con términos como man o brother, y arrastra castizamente esa jota de Carabanchel, apenas levanta metro y medio del suelo,  masca y huele a chicle, anda arqueado cual si estuviera escocido, le da mucha gesticulación e importancia al dedo índice y vende libros. No me cae mal, ni bien, pero sí me inspira cierta pena, y a la par me incomoda la confianza desbordada. "Man, ej que a ti te mola leer, no hay maj que verte, brohter, venga, hajte...", pues así, más o menos. Le he visto varias veces y le he dado diferentes variables, que odiaba la literatura, que no era el momento, que solo leo el Marca, que leer me marea, que solo me interesan los libreros de viejo, y a veces me ha asaltado la insolencia de preguntarle si sabía leer, si a él le gustan las novelas francesas del XIX, o prefiere la Generación Beat de los yankees, o directamente desearle suerte para que acabe pronto con ese trabajo más bien basura y poco agradecido.
Sinceramente, no entiendo la política del Círculo de Lectores,  de seleccionar a chavales con la misma inquietud literaria que Falete por asistir a una conferencia de Flaubert y la novela realista, pero sobretodo no concibo su filosofía promocional de novelas higiénicas y desapasionadas, sus tres por uno y su literatura banal o naufragada del fracaso mercantil a la isla cutre del folleto del Círculo, y el hastío generalizado que me supone el mundo de los libros bazofia . Así pues, ya tengo preparado un discurso para cuando aparezca el colega: "Mira man, a mí más que esa mierda, lo que me mola, más incluso que leer, es seguir el rastro de la literatura, buscarme una edición de 1900 de Oliver Twist o una de Los Miserables de 1920 (ediciones arcaicas que conseguí en una exploración), darme al manoseo de las novelas, leer las primeras lineas de las novelitas de aquellos libreros con bata azul y cara de mala hostia, sentir ese aire bucólico del Jardín Botánico y el Retiro, y brother, quedar con los colegas en Moyano, comentar un par de libros y buscar unas cervezas, todo eso, mucho más que leer en una habitación... En fin, a ver si te va quedando claro: paso del Círculo...Y suerte man".










miércoles, 8 de junio de 2011

Paris Hilton y la Demagogia.-


Me llegan noticias de que a Paris Hilton le ha molado la movida de Sol. How cool, all the people on the street, up the revolution.  No me sorprende que quiera venderse la Hilton una renovación de l´image publique, y romper de una vez con aquella marca registrada del sexo salvaje, la conducción temeraria y las borracheras. La humanidad, la igualdad social y todas esas vainas que han girado alrededor del mundo desde que Confucio se inventó el corazón y la justicia. Pero sí me desconcierta que le mole a la más pura imagen del liberalismo económico, la diva del capitalismo, digamos, cuando aquella riada de lujuria no viene de otro lado que del manantial de la dictadura de los mercados financieros. Y creo entender que ahí radica la principal premisa de la revolución Sol, protestar e indignarse por la política de mercado, si acaso me he enterado de algo. Por tanto no es tan guay Spanish Revolution para una niña que está bien rica, en la vertiente patrimonial y física, gracias al trust capitalista. ¿Acaso no estamos ante una más de las drogodependencias mediáticas? Yo diría que sí, que ahora viene con fuerza Women of the Revolution. Es cool, moderno, in y super. Me lo ha chivado una amiga que curra en el Elle. No hay que aventurarse mucho en el mensaje, hay que estar ahí, como una bandera imaginaria de los indignados, pero que se irriten ellos, que yo pija y subversiva, ya me haré la foto de guerrillera libertaria, y sin inmutarme, claro, entre un spa y un cosmopolitan. Paris no estaba lanzando un mensaje al modo Umberto Eco para desestabilizar al enemigo. A Paris le mola cierta estética de reminiscencia de hippy guapa del 68, la puesta en escena y la tendencia populista de unirse a un movimiento que le coopere a  una renovación de identidad, pero las entrañas, los argumentos de esta corriente, no le están desbordando, seguro, ni quiere ella sentir las agitaciones. Y no solo a la Hilton, Sol ya lleva camino de pose y disfraz, y de perroflauta que se apunta a un bombardeo.
Esta manipulación deliberada de una hija muy bien criada del liberalismo económico, no es más que la demagogia de los buscadores de halagos y de los mediáticos. Lo que se ha hecho con un hincapié irreverente en la política de estos últimos veinticinco años. Y la Democracia Real no tiene que ver con Paris, ni con Rubalcaba, ni con los ardores populistas. (D.R. es utopía, y sobretodo una quimera que requiere mucho consenso, mucho trabajo y una limpieza estomacal de la burocracia. No será fácil). Hilton y su Louis Vuitton bajando por Montera a Sol, entre las sombras de esa prostitución grotesca de las mafias, sería un fiel reflejo de las controversias del mundo y seguirá siendo un espectáculo imposible, pero habría sido una foto brutal.



martes, 7 de junio de 2011

El Rey y la Prensa Amable.-



El otro día se pilló un rebote del carajo. Tan campechano que nos lo maquillan, desenmascaró cierta furia borbónica al estilo Elena de Borbón y Grecia, y a cuento de que le querían clavar un pino en el estómago, don Juan Carlos, que sabe mucho de veda y de monterías, se sacó de la manga real un reglamento de acotamiento y censuró el acceso a Zarzuela a cierta prensa embarazosa y cargante, para acomodarse bien entre aquellos periodistas que se la han estado mamando toda la vida. La monarquía ésa de las estampitas y las cosas bonitas. La prensa amable. La gente del Hola y el Abc. Nada de cuernos de corona, ni de enfermedades, ni de sospechosas felaciones entre borbones y jeques de Qatar y Marruecos, ni de monterías, ni de trepas adosados, ni de aventuras de petróleo, ni de yates, ni de caballos. Lo quiere todo bonito, y sin interferencias estomacales, y sin fabricantes de pinos.
Vaya tufo. Y vaya coñazo. Con lo que me gustan a mí los chistes sobre tarados de sangre azul, y los periodistas que escarban en las entrañas del plasma sanguíneo de la corona. Pues campechano, censor y opaco nos ha salido el juancarlismo, por mucho que haya algún republicano que le adore, y no se resista a esa gracia borbónica, que nos diena de odgullo y datisfacción. 
- Ya acabé Majestad.
- ¿Podque no te callas?
Pues sí, mejor me callo, antes de se me aventure alguna maldad con la deina y el entorno.


lunes, 6 de junio de 2011

Cuando el Amor es una Mierda.-

El amor es un todo. Vale, que puede ser equidistante y a dos bandas, vale que puede ser desequilibrado, inexacto, egoísta y generoso, y vale que te puede tocar una loca en la caja de bombones, y vale que puede ser bonito. En cierta etapa de mi vida, a mí me tocó una paranoica, pero luego me hice seguidor de la mitología griega y en la agencia de Eros encontré un semblante bonito, confidente y afectivo. Aunque no me apasionan ni los tonos afectados, ni la confitura poética, diré que he sido jodidamente feliz con María. Vale, ya.
Y luego está el amor cuando es una mierda. El amor unilateral. El amor sin recompensa. Como esas canallas de los realities que destrozaban a sus parejas a los ojos de todo el país. Recuerdo a una tía con cara de rábano que decía ser virgen, sacando la mierda del alcoholismo de su novio. Podría haber sido uno de los episodios más vomitivos de la vida grabada en la tele. Como esos amores restringidos que viven en paralelo una especie de luto por parte del flechado y una indiferencia del ser pretendido, viajero apático e indolente entre las arterias de un corazón enfermo y trágico. Como aquella camarera de Minessota, o la novia de tu primo, o la madre de tu amigo, seres amados sin correspondencia ni recepción. Conviene aclarar que quien piense en amores discordantes durante los tiempos del mercadeo de la noche, porque paga una copa sin derecho a cama, necesita un psiquiatra ya, y una tutoría de Giacomo Casanova.
Y cuando el amor es una mierda, porque uno ama  y otro vive en la dicha del forastero, las alternativas chungas son llorar hasta reventar, dejar pasar la vida en un lento suicidio, beberse hasta el agua de los floreros al estilo Fitzgerald,  dedicar toda una vida a intentar conocer a Mónica Bellucci, echarse por novia esa dama que llaman heroína,  o comprar el amor a precio de puta. Y también la más rentable posiblemente, tratar de vivir y buscarse un héroe entre los entresijos del alma. A fin de cuentas, la vida aparte de corta, es un carrusel intermitente del que se sale muerto. Como para hacerte novio de una entelequia. 
   

viernes, 3 de junio de 2011

La Miss y Rusia.-



El otro día navegando por la tele, en un programa de esos que recicla la basura que yo miro al estilo Ignatius J Reilly, (La Conjura de los Necios), me encontré con uno de los paranoicos de rostro pérfido y difícil de mirar (por la exigua transparencia que transmiten) que están en los jurados de los certámenes de belleza, preguntando a una modelo que aspiraba a Miss (¿Mundo? Posiblemente). Le preguntó acerca de sus conocimientos sobre Rusia. Y aquella chica bonita, no atinó a decir más que era un país lleno de gente maravillosa. Creo en la evidencia de que hubiera dicho lo mismo para Honduras o Filipinas. Un país de gente fascinante. Y tengo la certidumbre de que alguna mano de la organización buscaba el ridículo, y esa parte grotesca de las muchachas más bellas del planeta. Luego llegaron los managers de la tele, que sí ganarían sin dilemas poderosos un concurso de hijos de puta,  hicieron extensión por las antenas del planeta, y vinieron a exhibir el mensaje de que las chicas bonitas eran tontas y solo valían para ser contempladas y folladas. Y que la inteligencia era inversamente proporcional a la hermosura. A mí me parece que no. Saber de Rusia tendría un matiz sobre tener una determinada cultura, pero no conocer datos relevantes sobre Iván el Terrible y Stalin no me da información para negar una inteligencia, por mucho que el mensaje sea: fíjate el polvo que tiene y lo tonta que es.  Después estaba la realidad. Una mujer nerviosa, angustiada en mitad del espectáculo de la belleza, sin capacidad para la evasión, una mujer que interiorizaba en paralelo a hablar de la maravillosa gente de Rusia. Hablaba para adentro: qué coño me preguntas ahora de Rusia, subnormal, tanta culturita, si yo estoy aquí por estar buena, qué venís...a sacar los colores, a hacer sangre, a sacar carnaza para los medios. Y a lo mejor, habría sido una respuesta incorrecta, pero posiblemente inteligente.
Pues eso, que no me gusta que pongan a arder a las misses, por muy buenas que estén. Porque ese es su problema, que les han contado que las feas son inteligentes. Y la vida, me parece, sigue siendo una ciencia inexacta. 

miércoles, 1 de junio de 2011

La Épica de la Muerte: ¡Mierda!





La muerte es una cosa seria, te mueres, te vas, y el bye-bye diario se convierte en un goodbye inapelable. Radical. Pero no por ello deja de haber cierta comedia entre esos silbidos moribundos que llaman los estertores de la muerte. Uno no se muere todos los días, pero a veces uno se muere con una frase mitológica, que le lanza a la gloria post-mortem, y morirse con gracia, valga el exceso, puede tener mucha gracia. Cuestión aparte, sería morirse por mala suerte, y a mí esto no me produce tanta chispa: sales una mañana a comprar unas velas aromatizadas de coco y acabas por la noche con las velas, unos cirios y unas flores rodeando tu cuerpo exánime en mitad de un velatorio. La muerte mezquina y grotesca de tropezarte con un bolardo de Madrid y abrirte la cabeza, por ejemplo. Qué tengan que venir los ángeles trompeteros para esto, da mucha pereza, la verdad. Pero no vayamos por ahí, busquemos la épica de la muerte, en las últimas confesiones.Galileo fue tenaz hasta el final de sus días, y se murió con lo que había estado diciendo toda su vida, si no, reventaba, y aún así reventó: no importa lo que ellos digan, la tierra gira alrededor del sol. Y punto, ahora me muero tranquilo. Ana Bolena, aquella especie de gitana de ojos negros que le ponía los cuernos a Enrique VIII, todavía tuvo tiempo para dar ánimo a su verdugo: “No os dará ningún trabajo. Tengo el cuello muy fino”. A Henry James le faltó poco más que darle las gracias y un abrazo a la muerte: "Al fin, esa cosa distinguida". Manolete se acordó de su madre en el último suspiro, aquel día de la cornada de Linares: "Qué disgusto le voy a dar a mi madre...Don Luis, que no veo ná, que no veo ná". Thomas Edison, el auténtico inventor del invento, ya vislumbrando la muerte: "Es muy bonito todo allá". Y así se fue a ver el paisaje. A Heri de Xavière le fue ofrecida una copa de vino en el cadalso de su condena: “No, gracias. Cuando bebo suelo perder el sentido de la orientación”.
En semejante equidistancia de gente buscando las tablas, cuenta la leyenda que Humphrey Bogart lamentaba haber dejado el whisky: “No hubiera debido cambiar el whisky escocés por el martini”, y siguiendo por la vereda alcohólica vuelve a narrar la apología la útlima frase de Al Capone, con un tiro mortal: “¡En esta ciudad soy yo quien fija el precio de la cerveza!”.
Pero a mí, para última palabra, me parece prodigiosa la última expiración del poeta Walt Whitman, que se las estuvo dando toda la vida de humanista, de trascendental y de filósofo del Realismo y se empeñó en dejar un discurso en el lecho que sintetizara su vida, todo para nada, para darle un giro a la novela de su propia existencia, y condensarlo todo en una palabra universal: "¡ Mierda!".
Si bien de poco sirve, esa pena no se condona,  decir una cosa u otra, en nuestro último desamparo, el más brutal de todos ellos, supongo que nos pareceremos a Whitman, y diremos:"¡Mierda!". O: carajo, no me vengas ahora con las putas prisas, el túnel de los huevos, maldita luz, mierda.